En Semana Santa, si coincide con la llegada del calor, es un buen momento para hacer planes con la moto, ya sea una ruta mañanera ya sea un viaje más o menos largo. Ahora bien, puede ser que la moto haya estado total o parcialmente parada durante los meses de frío y lluvia, por lo que conviene realizar una puesta a punto antes de cargar las maletas y de lanzarse a la carretera.
Revisión de la batería
Lo primero de todo hay que revisar todos los aspectos mecánicos de la moto susceptibles de haberse deteriorado por la falta de uso. Lógicamente, el accesorio más perjudicado en este caso suele ser la batería, que si no se han tomado las medidas básicas –desconectar los bornes- estará muerta. Para saber el estado real se necesita un multímetro eléctrico, con lo que se podrá determinar si hay que cambiar la batería –si está tan baja que ya no carga o directamente descargada totalmente- o si se puede realizar un ciclo de carga con un cargador. Los cargadores no son demasiado caros pero hay que verificar que realiza paradas y cambios de intensidad. Mientras se carga la batería o tras sustituirla se pueden ir revisando otros puntos.
Presión de los neumáticos
La presión de los neumáticos es otro punto importante y conviene revisarla al menos una vez al mes incluso cuando la moto se use a diario. Lo normal es que durante todo este período de inactividad se haya perdido aire, por lo que en principio valdría con inflarlas hasta alcanzar la presión adecuada. Ahora bien, si la presión es mínima y las ruedas han estado apoyadas en el suelo los neumáticos han podido deformarse. Si se han agrietado no queda más remedio que cambiarlos, no es nada recomendable escatimar dinero en este sentido.
Pastillas y líquido de frenos
Se puede aprovechar la revisión de las ruedas para ver el estado de los frenos, en especial de las pastillas. Hay que mirar, primero, si el grosor es el correcto y si además el desgaste es uniforme. Un desgaste excesivo puede provocar daños en el disco que supondrán pérdida de efectividad y una reparación más costosa que la de simplemente cambiar las pastillas. Si está todo correcto, hay que frenar con cuidado en los primeros kilómetros pues igual la superficie de las pastillas se haya endurecido y se requiera un pequeño rodaje.
Siguiendo con los frenos, hay que atender al líquido, cuyo nivel debe ser el indicado por la marca. Basta apretar varias veces la palanca y el pedal de los frenos por si hubieran perdido presión por la falta de uso, y mirar los depósitos para comprobar que se encuentra dentro de los límites máximo y mínimo. Si se encuentra bajo, hay que rellenar teniendo en cuenta el DOT, que lo normal es que sea DOT4, pero en el libro de mantenimiento encontrarás el correcto, pues podría ser DOT3 y no se pueden mezclar. El color del líquido es igualmente un identificador de su estado, de si se ha corrompido con el tiempo. En perfecto estado es casi transparente y conforme va pasando el tiempo se va oscureciendo hasta alcanzar un tono marrón.
Líquido refrigerante
Seguimos con los niveles, en este caso del líquido refrigerante, que también tiene una fácil comprobación a través de las marcas de máximo y mínimo situadas en el vaso de expansión. También se podría chequear abriendo el tapón del radiador y viendo que está a tope. Nunca está de más recordar que esta operación hay que hacerla con el motor en frío para evitar quemaduras.
Aceite del motor
El último de los niveles a revisar es el del aceite del motor. Si no se cambió antes de guardar la moto, entonces puede que sea el momento. El aceite es recomendable sustituirlo una vez al año, independientemente del uso debido a que también se corrompe. Antes habría que comprobar que ninguna junta suda o pierde aceite, sobre todo porque a veces la falta de uso hace que se sequen.
Engrase y limpieza de la cadena
Lo normal es que antes de dejar la moto aparcada durante un largo tiempo se limpiara y se engrasara la cadena, entonces sólo hay que verificar la tensión. Ahora bien, si no se limpió antes, entonces hay que hacer una limpieza en firme para quitar toda la grasa y suciedad pegada utilizando algún producto específica, para después engrasar de nuevo antes de ponerse en marcha. Se puede aprovechar para ver si hay algún eslabón gripado o duro.
Gasolina, luces y mandos
Es hora de poner en marcha la moto, siempre que tenga gasolina. Ahora bien, es recomendable cambiar el combustible que haya en el depósito no sea que se haya descompuesto y pueda afectar al motor.
Por último, aprovechando que la moto está arrancada no está de más verificar que todos luces, intermitentes y claxon funcionan correctamente, incluida la luz de la matrícula, que no es fácil de comprobar en marcha. Ah, acuérdate de coger toda la documentación y si lo que estás preparando es un gran viaje, te recomendamos este otro artículo.