La afición de los australianos por lo súper coches con motores V8 ha llega al mundo de la moto gracias a ésta impresionante creación alrededor de un bloque motor con ocho cilindros en V y dos litros de cubicaje fabricado específicamente para moto. Toda la moto gira en torno a él, pues va unido directamente al chasis multitubular cromado para hacer funciones portantes y favorecer así la maniobrabilidad de una moto cuyo peso es de 242 kg, llena, con todos los líquidos, una cifra que no está nada mal teniendo en cuenta lo que vemos. De hecho se ha usado mucha fibra de carbono a lo largo y ancho de la carrocería para tratar de contener el peso, con elementos como las llantas de aluminio forjado Marchesini que también contribuyen en ésta labores.
Pero centrémonos en su motor con cinco válvulas por cilindro, 1.996 cc y cuerpos de inyección Mikuni de 45 mm, capaz no sólo de aportar una salvaje caballería de 334 CV a 12.800 rpm sino también un par motor brutal de 214 Nm a 9.500 rpm. Con estas cifras en la mano, si ponemos el trasero en su asiento ya sabemos a qué atenernos cuando enrosquemos el acelerador sin ningún tipo de asistencia electrónica a la conducción, algo hecho a propósito según sus creadores, para sifrutar de una conducción salvaje y genuina.
Para aguantar los esfuerzos que genera el motor el cigüeñal han sido fabricado de forma mecanizada a partir de un bloque de acero En36, recibiendo además un tratamiento especial de calor y nitrito para asegurar resistencia y equilibrio. El motor va unido a una sencilla caja de cambio de seis velocidades y para el escape se ha recurrido a Akrapovic que como podéis ver ofrece dos opciones: dos salidas cuádruples para un conjunto específico de carbono que se puede usar en las vías de forma legal y otro juego con dos salidas dobles a cada lado cuyas formas se inspiran en las de los silenciosos de MotoGP, para un uso exclusivo en circuito. Es muy llamativo el basculante, cuyo diseño parece invertido para liberar espacio facilitando el paso del sistema de escape.