- Acabado Iron Max y accesorios
- Referencia premium
- A golpe de gas
- Curva tras curva
- Opinión y valoración
- Galería de fotos
- Ficha técnica e información Yamaha XMax 300 Iron Max
La familia XMax es muy importante para Yamaha, no hay más que analizar el listado de ventas para darse cuenta de que sus tres modelos -125, 300 y 400- se sitúan cada año entre los más vendidos dentro de su segmento. El 125, en concreto, dominó el ránking de los GT en 2018 y va camino de repetir el éxito en 2019. El 300 y el 400, por su parte, fueron primero y segundo, respectivamente, entre todos los scooters de entre 125 cc y 450 cc en 2018, una posición que el 300 mantiene en lo que va de este año.
Para reforzar este dominio, Yamaha ha lanzado la versión Iron Max, y espera repetir el éxito logrado con las anteriores versiones especiales realizadas con las generaciones previas del XMax y que han significado para la marca japonesa el 25% de las ventas totales de esta singular familia de scooters GT deportivos. Y es que la gente siempre quiere "max" y Yamaha lo sabe.
Acabado Iron Max y accesorios
Tan importante es esta producción especial que Yamaha citó a la prensa internacional para mostrarnos su versión Iron Max 2019, que se incluye en el 125, el 300 y el 400, siendo el intermedio el modelo elegido para la prueba en las calles de Barcelona y en sus carreteras colindantes.
Lo primero que llama la atención del Iron Max es el color elegido en exclusividad, un gris acero muy elegante que incrementa la apariencia deportiva de este scooter. En foto puede parecer oscuro, pero en vivo no lo es tanto con lo que se adivinan muy bien las formas de su carrocería. También resulta llamativo el nuevo asiento doble, con un diseño y un mullido diferente del de la versión estándar, con los pespuntes en color claro y con dos inserciones metalizadas en el respaldo del asiento del piloto.
El resto de elementos que monta el Iron Max son el acabado en piel en el panel frontal, los reposapiés del piloto y estriberas del pasajero de aluminio, y el cerco plateado que rodea el panel de instrumentación.
Yamaha aprovechó el evento para mostrarnos también los distintos paquetes de accesorios disponibles tanto para el XMax estándar como para el Iron Max. El primero de ellos es el Sport Pack (289 €) y está compuesto por una pantalla sport de menor altura, un portamatrículas especial y los paneles de los reposapiés en aluminio. El Urban Pack (543 €) incluye la pantalla alta y el top case de 39 litros con su soporte,el respaldo para el pasajero y la bolsa interior divisoria. Por último, el Winter Pack (349 €) cuenta con un indicador de carga de la batería, un cargador de la batería, unos puños calefactados y la manta.
Cada uno de estos accesorios se pueden adquirir de manera individual, al igual que otros de los muchos que componen el catálogo oficial, como el escape Akrapovic que venía montado en una de las unidades de prueba y que también pudimos probar.
Por último, añadir que Yamaha ha preparado una colección de equipamiento urban para el piloto, tanto para hombre como para mujer, con chaquetas largas y cortas, guantes de piel y trajes de agua.
Referencia premium
Como indicaba al inicio, la terminación Iron Max refuerza la carácter premium de este modelo, un modelo que destaca por la calidad de todos sus componentes. Su nivel de acabados y de equipamiento sigue estando al máximo nivel incluso dos años después de su lanzamiento. No le faltan detalles como la llave de proximidad que habilita las distintas funciones de puesta en marcha, bloqueo de la dirección, apertura del asiento y de la guantera izquierda y tapón del depósito del combustible.
La capacidad de carga del XMax 300 es de las mejores de su segmento, con un hueco bajo el asiento de 45 litros en el que caben dos cascos integrales más otros objetos personales. A esto hay que añadir dos guanteras situadas en el panel central, la izquierda con una toma USB en su interior, y la de la derecha sin cierre.
La instrumentación es bastante completa, adornada en esta versión con el mencionado cerco plateado que rodea las dos esferas analógicas separadas por una pantalla LCD con distinta información. Esta combinación analógica digital parece algo desfasada conforme han ido apareciendo nuevas instrumentaciones totalmente digitales, pero a día de hoy sigue ofreciendo una información bastante completa y de muy fácil lectura.
En la botonera del manillar derecho encontramos un botón para moverse entre los distintos parámetros de la pantalla LCD, como el ordenador de a bordo, pero he echado de menos otro botón para regular la altura de la pantalla, una tarea que se realiza de manera manual y para lo que se requiere el uso de herramientas. Tampoco se ha ha incluido un freno de estacionamiento, un elemento del que cada vez más prescinden las marcas en los scooter de media cilindrada, pero que tiene su utilidad en momentos puntuales.
El XMax es bastante cómodo, con un amplio asiento para el piloto y para el acompañante y con mucho espacio para colocar los pies. Su asiento queda algo elevado para los usuarios de más baja altura, yo llego al suelo de puntillas con mi 1,65 m, pero el rebaje del mismo en la parte delantera permite apoyar los pies con seguridad y maniobrar con facilidad. Cuenta con pata de cabra lateral y con caballete central, el cual se monta sin apenas esfuerzo.
A golpe de gas
Aunque el XMax Iron Max se presta a estar mirándolo de arriba a abajo durante una mañana entera, fuimos a Barcelona a probar su funcionamiento y sus capacidades urbanas y en carretera. Y es que a diferencia del 125, que está más enfocado para un uso en ciudad, el 300 se mueve bastante bien fuera de ella, incluso a un ritmo elevado.
Para ello, dispone de un potente motor con tecnología “Blue Core” que rinde una potencia de 28 CV y que brilla por su capacidad para subir de vueltas. No se trata de un empuje brusco ni mucho menos, todo lo contrario, la potencia llega de manera muy lineal. Además, la presencia del control de tracción TCS -un detalle poco frecuente en los scooter de esta cilindrada- permite enroscar el mando del gas con total impunidad, sin miedo a hacer derrapar la rueda trasera.
El XMax corre mucho y lo hace de forma silenciosa y sin que haya rastro de vibraciones, incluso dándolo todo en autopista, en donde se alcanza el límite máximo legal de manera holgada. No molesta el viento a esta velocidad, pues la pantalla cubre bastante bien incluso en su posición más baja. Probé en estas vías rápidas también una unidad con el Pack Urban dotada de pantalla alta, que resulta ideal para los pilotos más altos, y con el baúl trasero, que en ningún momento me transmitió turbulencias o movimientos extraños incluso a 120 km/h.
Curva tras curva
Una vez fuera de las vías más rápidas, el XMax 300 Iron Max se encuentra muy cómodo. En ciudad su aceleración le permite salir con prontitud en los semáforos, mientras que por tamaño y agilidad parece un 125. Esta combinación de potencia y ligereza es lo mejor que podemos decir de un vehículo urbano, algo que comprobamos en el complicado tráfico de la Ciudad Condal.
Sorprende igualmente su comportamiento en carretera de curvas. La franja de potencia aprovechable es muy amplia, lo que permite ir enlazando curvas, tanto abiertas aprovechando el medio régimen, como cerradas en donde sacar el máximo partido a su aceleración. Esas impresiones deportivas son mayores con el Sport Pack, pues con la pantalla baja se siente más el viento, como en una naked, sobre todo si se monta el silencioso Akrapovic específico para este modelo y cuyo sonido resulta muy atractivo.
Las suspensiones y el chasis ayudan a afrontar con mucha seguridad las zonas más reviradas, con una horquilla que absorbe de manera excelente cualquier irregularidad en la calzada, y con un par de amortiguadores traseros de respuesta firme y mucho más eficaz que lo que nos tiene acostumbrado esta configuración doble en otros scooters.
Lo único que he echado en falta es algo más de potencia en la frenada, pues hace falta apretar con fuerza las manetas para detener el XMax. Es el único aspecto a mejorar que he notado en el apartado dinámico, aunque hay que decir que el excelente funcionamiento del ABS contrarresta en parte esta sensación.
En ciudad, al circular a menor velocidad, los frenos cumplen con buena nota, y, por el contrario, las suspensiones sí que dejan notar esos ajustes deportivos más acordes con la filosofía del XMax. No es un scooter incómodo ni mucho menos, pero sí que la respuesta, tanto de la horquilla como de los amortiguadores, resulta un poco seca y parece orientada a ser más efectiva a un ritmo más alto.
Opinión y valoración Yamaha Xmax 300 Iron Max
Unos simples cambios estéticos pero muy bien seleccionados han servido a Yamaha para elevar al XMax 300 Iron Max a un escalón superior, incrementando a la vez el precio hasta los 6.199 €, una cifra ya respetable para un scooter monocilíndrico de 28 CV. No es que le haciera falta a la versión estándar cambio alguno, pues por equipamiento y funcionamiento se mantiene como uno de los GT más completos del panorama actual -por no decir el que más-. Pero la llegada en 2018 del Honda Forza 300 ha obligado a Yamaha a realizar este movimiento para marcar territorio ante una competencia que avanza implacable.
El XMax es un scooter que entra por los ojos, con una imagen deportiva y elegante al mismo tiempo, unos acabados de mucha calidad y un equipamiento de primer nivel. Su hueco bajo el asiento es uno de sus mejores argumentos, con espacio de sobra para todo lo que necesitas en el día a día, y con todas las funciones y cerraduras unificadas mediante su llave inteligente. Eso sí, dado du carácter tan selecto la regulación eléctrica de la pantalla debería ser casi obligada.
No lo tendrán fácil sus rivales, pues el XMax 300 no sólo brilla por su imagen, ahora más deportiva con esta versión Iron Max, lo mejor se encuentra en su interior, con un motor potente y de sedosa entrega que permite disfrutar de su conducción tanto en ciudad como fuera de ella, ofreciendo unas sensaciones a sus mandos similares a las que te pueda dar una moto de una cilindrada similar. Su paso por curva es realmente eficaz y en cuanto menos te lo esperas estás rozando con el caballete en los virajes más cerrados.
Pero no hay que olvidar que hablamos de un scooter y que su lugar natural de funcionamiento es la ciudad, en donde por ligereza y tamaño se maneja como si fuera un 125, con el añadido de contar con mayor aceleración para dejar atrás al resto de vehículos, haciéndolo realmente completo
Equipo piloto
- Casco Shoei Neotec II
- Chaqueta Hevik Portland Evo
- Guantes Tucano Urbano Tebu
- Botas Seventy Degrees SD-BC7