Fotos: Carolina F. Varela

Sumario

La saga GSX-R ha extendido sus tentáculos a las pequeñas cilindradas y estamos ante su apuesta para el carnet A2. Se trata una moto destinada a los que se mueven más por la vista que por las sensaciones ya que su diseño impregnado del ADN gixxer seduce aunque la mires de reojo.

Pero en lo que a motor y parte ciclo se refiere, estamos ante una moto alejada de la deportividad radical y más próxima a convertirse en tu fiel compañera de cada día. Por eso decíamos que lo suyo no son tanto las sensaciones sino su buena planta y el buen servicio que puede darte gracias a su facilidad de conducción y buen funcionamiento general. Por eso merece la pena conocerla más a fondo.

Suzuki ya tenía en su catálogo la base perfecta para crear su GSX-R del cuarto de litro, la Inazuma 250, y lo que ha hecho para crear su GSX250R es actualizar su motor bicilíndrico y dotarla de un carácter estético completamente diferente, y en mi opinión, mucho más atractivo. No olvidemos que a pesar de ser una moto pionera en el segmento de 250 cc, la Inazuma ya tiene unos cuantos años encima y eso le va pesando a nivel estético, por eso no parecería ninguna locura que Suzuki una versión naked de la GSR250R, tal y como ha hecho con las Suzuki GSX-R125 y la GSX-S125.

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Motor: deliciosos 248 cc  

Es una de las claves de esta moto porque viendo la cilindrada, la potencia y el funcionamiento general, nos parece un motor impecable. Sin embargo, casi toda la competencia ha optado por meter más cilindrada en este tipo de motos, y por tanto más potencia, y se queda un poco descolgada en este aspecto. Ahora bien, ninguna cuenta con un carenado tan evocador gracias a la inspiración GSX-R y esa diferencia de potencia sobre el papel no parece tanta en la práctica.

Pero centrémonos en una mecánica que ya conocíamos por haber probado la Inazuma y ha sido mejorado para la ocasión, pues había que superar la normativa Euro4. A pesar de ser un condicionante porque se restringen mucho las emisiones, Suzuki ha logrado mantener la potencia de 24,7 CV, mejorando además su rendimiento a medio y bajo régimen, algo muy apropiado para el uso eminentemente urbano que se va a dar a esta moto. Parte de la culpa reside en la nueva válvula de admisión y el nuevo sistema de escape que además se integra muy bien en el diseño deportivo de la GSX250R.

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Es una mecánica extremadamente suave en su funcionamiento que no transmite vibración alguna, ni siquiera cuando la forzamos a máximas revoluciones. Esto es muy destacable pues es una delicia y no está exenta de un voluntarioso empuje a bajo, y sobre todo medio régimen, que la hace desenvolverse muy bien en la ciudad y alrededores.

Es una mecánica extremadamente suave en su funcionamiento que no transmite vibración alguna, ni siquiera cuando la forzamos a máximas revoluciones

Sin embargo, en terrenos con más espacio por delante para exprimirla al máximo, se echa en falta una mayor capacidad para desarrollar una mayor punta. Alcanza sin problemas los 140 km/h, lo que no está nada mal para una mecánica de 250 cc que debe mover 179 kg más el piloto, pero se queda un poco escasa frente a la competencia.

Este dulce funcionamiento general, va además acompañado con de un consumo moderado que durante la prueba, y casi siempre a ritmos altos, fue de 4,4 l/100 km.

En cuanto al cambio, está en sintonía con la suavidad general ya que las marchas entrar con facilidad y precisión en las transiciones, acompañando las buenas sensaciones de conducción que ofrece la Suzuki GSX250R.  

Deportividad sin incomodidades

Una de las claves de esta moto es aunar deportividad con absoluta comodidad. Buena parte de la responsabilidad recae en el planteamiento ergonómico que viene condicionado por la ubicación de los semi manillares.

Al estar situados ligeramente por encima de la tija superior, permiten adoptar una posición deportiva sin cargar excesivamente las muñecas. Esto hace que la sensación de control sobre la rueda delantera sea muy buena sin sacrificar por completo el confort.

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La posición de las estriberas también es determinante en su filosofía deportiva ya que al estar un poco elevadas y retrasadas, hacen adoptar en cualquier momento una posición más “al ataque”, pero en absoluto obligan a ir todo el día como Alex Rins cuando busca una vuelta rápida.

El carenado también contribuye a la comodidad al proporcionar bastante protección aunque la pantalla parabrisas es un poco pequeña, algo que la integra a la perfección en la silueta deportiva pero le resta eficacia en carretera.

Dentro de sus posibilidades, la Suzuki GSX250R es una moto rápida, estable y ágil

La habitabilidad es buena, por lo que puede acoger a pilotos de cualquier talla sin estrecheces, disponiendo además de un asiento cómodo pero no es una moto para hacer rutas ya que no plantea una postura para devorar kilóemtros sin descanso.

Los espejos están bien planteados en cuanto a su encaje en el diseño y cuentan con la ventaja de permitir una regulación fácil y que da mucho juego, incluso para plegarlos por completo, ya que el brazo gira completamente. La única pega es que por más que variemos la posición, siempre nos vemos un poco el brazo y le resta un pelín de visibilidad aunque continúa siendo buena.  

Comportamiento: básicamente eficaz

La parte ciclo de la GSX250R es sencilla pero plenamente solvente para la potencia del motor. Tanto el bastidor como las suspensiones en ningún momento se ven comprometidos por el empuje de un propulsor que como hemos dicho, no es de lo más cañero pero cuenta con unas prestaciones más que dignas.

De hecho, en los frenos que cuentan con un ABS que funciona de forma muy eficaz, retrasando al máximo su entrada en acción, no vendría mal un poco más de mordiente cuando vamos a altas velocidades y necesitamos una retención inmediata. Pero como hemos dicho, lo suple con un ABS que trabaja realmente bien.

Es una moto ágil en ciudad con un radio de giro bueno gracias a que las barras de la horquilla son de 37 mm. Se conduce de forma muy intuitiva y por eso para principiantes es una moto amable, una escuela perfecta con la que habituarse al comportamiento de una moto de cierta envergadura pero con facilidad para una conducción que puede llegar incluso a ser divertida.

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La suspensión es confortable gracias a que no es dura pero cuando le exigimos en curvas y frenadas se comporta, siempre y cuando seamos conscientes de que esta moto tiene sus limitaciones en conducción deportiva. No es una hi-sport ni lo pretende.

Además se puede confiar, el menos en seco, en sus neumáticos IRC, una marca que no es de las punteras y puede despertar recelos pero a su favor debemos decir que nos parecieron en todo momento correctos, proporcionando buenas sensaciones incluso cuando estuvimos explorando los límites de su parte ciclo.

Podemos decir que dentro de sus posibilidades, la Suzuki GSX250R es una moto rápida, estable y ágil.  

Estilo y equipamiento

Y para refirmar su carácter deportivo, cuenta con una instrumentación muy vistosa. Se trata de una pantalla totalmente digital LCD al estilo de cualquier moto deportiva de cilindrada superior. Cuenta con indicador de marcha engranada, luz de sobrerrégimen, consumo de combustible, reloj, nivel de combustible y en definitiva todo lo necesario para una moto como esta.prueba suzuki gsx250r 2017 texto 5

Tanto el diseño del frontal como la parte trasera transmiten la deportividad de familia que tanto engancha de esta GSX250R, principalmente gracias a rasgos bien marcados como las ópticas que emplean LED’s. Y eso que este color negro no tiene el mismo impacto visual como la versión con los colores que una Suzuki en MotoGP que cuesta solo 110 € más y para mi gusto tiene mucho más atractivo, sobre todo si para ti Suzuki significa algo especial. Entonces, la sola presencia de los emblemas de Suzuki y GSX-R a lo largo y ancho del carenado, te harán caer rendido a sus encantos.  

Opinión y valoración

La Suzuki GSX250R cumple a la perfección con la misión de pescar para causa gixxer nuevos adeptos en un segmento que está de moda en todo el mundo. Cada vez se imponen más las motos lógicas a las pasionales y Suzuki acierta al dotarla de un aire familiar GSX-R muy logrado e impactante, pero con unas aptitudes muy urbanas y versátiles.

Cada vez se imponen más las motos lógicas a las pasionales y Suzuki acierta al dotarla de un aire familiar GSX-R muy logrado e impactante

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Lo mejor de su motor es la suavidad de funcionamiento y su buena predisposición para ofrecer una movilidad muy solvente en sus entornos predilectos, la ciudad y alrededores. En carretera o autovía se echa en falta más velocidad punta. Sus casi 25 CV tan agradables se quedan lejos de las motos de similar orientación y esto es uno de sus hándicaps.

Es una moto básica pero bien resuelta a nivel de parte ciclo, por lo que la conducción es siempre agradable, un punto muy favorable para los novatos del A2.

El precio de 5.340 € no la sitúa en ventaja frente a la competencia pero tampoco está en la franja más cara, y lo más importante, te da la oportunidad de tener una preciosa moto en el garaje con las siglas GSX-R en el carenado.  

Rivales Suzuki GSX250R

Encontramos una propuesta muy similar en el mercado; se trata de la Yamaha YZF-R3, una moto igualmente versátil, perfecta para principiantes y que a pesar de su estampa deportiva -también a imagen y semejanza de sus hermanas mayores- es una perfecta compañera en el día a día. A su favor está la potencia que son 42 CV, unos cuantos más que nuestra protagonista en una mecánica de dos cilindros igualmente deliciosa.

También KTM ha puesto una moto en este segmento, con absolutamete todo el ADN radical que subyade bajo sus siglas con la RC390. Es un planteamiento mucho más radical gracias no solo a sus 44 CV de vigorosa potencia monocilíndrica, sino también al planteamiento de la parte ciclo, con horquilla invertida y pinza de freno delantero de anclaje radial. También la ergonomía va en este mismo sentido, haciéndola menos apetecible como moto cotidiana.

La Benelli Tornado 302 R es la más económica de las cuatro aunque la diferencia de precio no es muy jugosa pues estamos ante una moto muy bien planteada y con calidad de sobra para rivalizar con cualquiera de estas motos. Con sus 35 CV y una mecánica de dos cilindros, se sitúa en un término medio, ofreciendo una estética deportiva sin paliativos. Y no le faltan argumentos como la horquilla invertida o el sistema antibloqueo ABS.  

Equipamiento piloto

Galería Prueba Suzuki GSX250R