No habíamos probado hace tanto la versión 2021 de la Versys 650, pero los cambios introducidos en su versión 2022 nos ha obligado a subirnos de nuevo en su asiento. Precisamente, las mejoras realizadas sobre ella versan sobre puntos que habíamos criticado, como la ausencia de control de tracción, la instrumentación algo desfasada o la iluminación con bombillas halógenas. En 2022 ya encontramos ese control de tracción, una pantalla TFT y unas luces LED en todos sus elementos luminosos. También se montado un nuevo sistema de regulación de la pantalla parabrisas, más sencillo en su accionamiento, lo que se agradece para ajustar la altura de forma más precisa. Se ha quedado en el tintero la incorporación de un embrague antirrebote, un dispositivo que seguimos echando en falta y que habrá que esperar a futuras versiones para disfrutar de él.

Entrando más en detalle, indicar que la nueva instrumentación supone una gran mejora pues ofrece la información de forma clara, de manera que con un simple vistazo enseguida se leen los datos más importantes. Tiene un buen tamaño y la interfaz es actual, acorde con las líneas de la moto. Precisamente, en este sentido, la Versys 650 2022 tiene ahora unas líneas más angulosas que la versión anterior, tomando como referencia la Versys 1000. Lógicamente los nuevos faros delanteros de LED toman protagonismo y ahora se ven acompañados de unos deflectores inferiores que al natural ganan enteros, pues en foto no me terminaban de agradar del todo.

Lo que no cambia, y mejor que sea así, es su cómoda posición de conducción en donde el asiento, de gran superficie y buen mullido, se convierte en uno de los aspectos destacados. Es cierto que esa anchura obliga a abrir algo las piernas, lo que dificulta su acceso a pilotos de menor talla. En mi caso, con 165 cm de altura, llego al suelo apoyando las dos puntillas, lo que me dificulta las maniobras en parado cuando el suelo no es plano. La protección aerodinámica es correcta, tanto por la altura de la pantalla como por la anchura del depósito.

El motor también permanece inalterado, con una cifra de potencia inferior a 70 CV y que obliga a llevarlo en la zona medio alta para disfrutar de todo su potencial. La tendencia actual es la de llenar los motores en el bajo y medio régimen, pero Kawasaki sigue apostando por propulsores más picantes que impliquen un mayor uso de la caja de cambios cuando se entra en terrenos revirados. Es por ello que la incorporación de un control de tracción le haya sentado tan bien, pues aunque la potencia no es exagerada, le viene bien para rodar con mayor tranquilidad en esa comentada zona alta del cuentarrevoluciones. 

La parte ciclo es desde mi punto de vista el apartado mejor conseguido en esta Versys 650. Las suspensiones brillan a un gran nivel, con componenentes regulables en ambos trenes, tanto para conseguir un alto grado de comodidad como de firmeza en los apoyos y en las frenadas. Y lo mismo puedo decir de la frenada, con un equipo que garantiza una óptima potencia y siempre con muy buen tacto en su accionamiento. El ABS está igualmente bien configurado para no resultar molesto al abusar de los frenos en la entrada de los virajes, lo que se agradece al no disponer, como indicaba antes, de embrague antirrebote.

La Versys 650 2022 es, en definitiva, una montura idónea para disfrutar en escapadas por asfalto. Es cómoda, fácil de manejar y con las mejoras introducidas se pone a la altura de las mejores de la categoría.