Benelli Leoncino 125 2022-2024

La Benelli Leoncino 125 es la pequeña de la saga de la marca italiana, una moto que mantiene la estética de sus hermanas mayores, como se aprecia en su depósito, faro delantero -con tecnología LED-, el colín recortado y el león situado en el guardabarros delantero. El guardabarros trasero parte directamente desde el basculante.

La Leoncino 125 estrena un nuevo motor monocilíndrico de cuatro tiempos que ronda los 13 CV de potencia y los 10 Nm de par, está refrigerado por líquido y monta un cambio de seis velocidades. La marca italiana anuncia un consumo de sólo 2,2 litros por cada 100 km.

El chasis está compuesto por una estructura tubular de acero, el cual va acompañado de una horquilla invertida con barras de 35 mm y de un monoamortiguador trasero que va anclado directamente al basculante. Los frenos son de disco en ambas ruedas, con un sistema combinado CBS como única ayuda a la conducción. Las ruedas, con llantas de aleación, tienen una medida de 17", mientras que el asiento se sitúa a una accesible altura de 795 mm del suelo.

Destacar el uso de una instrumentación digital con pantalla LCD.

Prueba Benelli Leoncino 125

Probamos la Leoncino más pequeña que concentra todo el encanto de sus hermanas mayores para proponer un soplo de elegante y original estilo en la disputadísima categoría de 125 cc.

Acudimos a Sevilla para probar por sus preciosas e intrincadas calles monumentales una de las motos de 125 más logradas en lo que a estética se refiere, ya que sigue el patrón de su gran familia que extiende su dominio desde esta cilindrada de iniciación, pasando por la de 250, 500 y hasta 800. De hecho, a grandes rasgos, la Leoncino 125 es una Leoncino 250 con un motor 125 cc y algunas diferencias en lo que a frenos y suspensiones se refiere.

Nuestra protagonista se presenta elegante, serena y evocadora, huyendo de la legión de motos scrambler y café racer que han tomado literalmente el mercado, y también se desmarca de las naked de estilo más vanguardista. Es diferente y eso ya es un punto a su favor, mostrando con orgullo el pequeño león sobre el guardabarros delantero.

Otro argumento interesante es que gracias a las sinergias entre Keeway y Benelli, emplea la potente mecánica de la RKF 125, aunque se ha fabricado un bastidor (heredado de la Leoncino 250)que es una estructura tubular sustituyendo a una doble viga. Esto hace que luzca el mismo sistema de escape con idéntico diseño y este es quizás el único “pero” al coqueto planteamiento de todo lo demás, pues para mi hubiese sido todo un acierto un silencioso con un estilo más en consonancia con las líneas de la moto. Pero esto seguro que ha ahorrado costes y no olvidemos que estamos en una categoría donde el precio tiene un peso muy importante y Benelli siempre trata de ser una marca muy competitiva en estw sentido.

Volviendo a su alma, al propulsor, estamos hablando de casi 13 CV de potencia, una cifra en principio muy apropiada para movernos para núcleos urbanos y sus alrededores. Además de anuncia una cifra de consumo de combustible muy baja (de poco más de 2 litros a los 100 km), lo que combinado con un depósito de 12,5 litros va a arrojar una excelente autonomía.

También equipa una vistosa horquilla invertida que proyecta una imagen deportiva y siempre va a aportar un plus de rigidez a la rueda delantera, cuyo neumático está proporcionado por la marca CST.

Para la frenada no se recurre a un sistema sino que ofrece un esquema combinado que acciona ambas manetas cuando pisamos el freno trasero. No es tan eficaz como un ABS pero es efectivo y mucho más económico.

En cuanto a destellos tecnológicos, destaca su iluminación totalmente de LED y para la instrumentación equipa una pantalla digital, vistosa aunque básica en cuanto a información. Se agradece el poder ver la marcha engranada pero en cambio se echa en falta la hora, un parámetro siempre útil.

Pero para mi lo que más destaca es esa armonía de líneas en las que su depósito de combustible juega un papel fundamental, con un colín muy despejado y minimalista, gracias en buena parte a que la matrícula sale desde un anclaje en basculante. Y todo está rematado en la parte delantera con un original faro con un aro LED en la parte superior y el logotipo “Leoncino” en una moldura central que lo divide en dos.

Y tras recrear la vista, me puse a los mandos para iniciar una ruta de unos 25 kilómetros por Sevilla y sus alrededores. Es una moto a la que me puedo subir con facilidad al combinar una altura de asiento de 795 mm con una mía de 1.666 mm. Como en buena moto naked, disfrutas de una postura relajada, especialmente para los brazos ya que las piernas van bastante flexionadas, como se puede ver en las fotos. Y esto hace que el cuerpo tenga tendencia a vencerse un poco hacia adelante. El asiento es vistoso en su diseño y algo duro al tacto pero en una 125cc, donde se imponen los numerosos recorridos cortos, la incomodidad es complicada llegarla a sentir.

El motor tiene un funcionamiento agradable y además tiene genio y buen rendimiento si buscamos la zona de giro más alta. También es cierto que ahí el motor libera vibraciones un sonido excesivo que hace recomendable no abusar de este régimen porque no resulta del todo agradable.

La moto se mueve con mucha facilidad, mostrándose se ágil y súper manejable. Su peso anunciado de 145 kg en orden de marcha, una cifra no especialmente baja (ni alta) pero que en marcha no tiene incidencia porque la Leoncino 125 se siente ligera al moverse e intuitiva a nuestros deseos.

La suspensión tiene un tarado un poco duro y eso se nota en los innumerables baches e irregularidades que encontramos a nuestro paso en la ciudad. Pero no es exagerado y viene bien cuando buscamos las máxima prestaciones de la moto y la notamos bien asentada.

En algunas ocasiones el cambio de marchas se mostraba un poco impreciso entre la primera, el punto muerto y la segunda marcha, con un selector que tiene quizás un poco más de recorrido de la cuenta. De nuevo, nada dramático, es simplemente cuestión de acostumbrarse a jugar con el cambio para favorecer transiciones más suaves.

Los frenos responden con eficacia, aunque sin exquisiteces, pues un sistema combinado nunca ofrece mucha tacto al activarse con el pedal de freno trasero. Eso sí, equilibra bien la moto cuando requerimos de sus servicios. El delantero también actúa de forma correcta con más potencia que tacto pero asegurando siempre la frenada.

En general es una moto con un dinamismo sencillo, fácil de conducir y hasta divertida para aquellos que empiezan en las motos de 125 gracias, bien gracias a la convalidación del carnet de coche o a la licencia A1 a partir de los 16 años. Encontrarán una buen aliada en ese sentido, una escuela perfecta que destaca, y no me canso de decirlo, por su original estilo que fusiona con maestría elementos actuales con unas líneas sutilmente retro.

El precio de 3.290 euros me parece una cifra razonable, no económica pero interesante si tenemos en cuenta que la potencia de la Leoncino 125 no se encuentra entre las bajas de la categoría, si no más bien lo contrario, incorporando iluminación LED y todo en un envoltorio muy cuidado, aunque el escape no le hace ningún favor.

Elementos como la horquilla invertida destacan y tratan de aportarnos un mejor rendimiento, incluso estéticamente también suman un toque deportivo. Pero realmente estamos ante una moto sencilla, sin ABS, aunque con unos eficaces frenos, que nos va a servir perfectamente para nuestra ajetreada vida urbana, donde se desenvuelve con estilo y resolución.